cantidades de datos y la IA permite procesar todo ese volumen de información más fácilmente, de forma tal que se
obtengan datos útiles para los agricultores (Ramón Fernández, 2020).
Existen varias formas de procesar y analizar esos datos, una de ellas es utilizar algoritmos de aprendizaje
automático (ML, por sus siglas en inglés) para detectar patrones y tendencias en los datos. Por ejemplo, los algoritmos
de ML pueden utilizarse para analizar imágenes de cultivos, detectar plagas o enfermedades, analizar datos
meteorológicos y predecir las condiciones climáticas futuras. Estas herramientas permiten a los agricultores visualizar
y analizar fácilmente los datos, lo que les ayuda a tomar decisiones informadas sobre el uso de recursos y el manejo
de cultivos. Además, algunas de estas herramientas y algoritmos están disponibles en plataformas en la nube, lo que
permite a los agricultores acceder a los datos y analizarlos desde cualquier lugar y en cualquier momento (Ponte,
Espinosa, Gibeaux de González, y González, 2021).
Al momento de tomar decisiones en el sector agrícola es importante poder analizar los diferentes factores que
inciden sobre una cosecha, como pueden ser tipo de suelo, los minerales presentes en él, la época del año,
características climatológicas, tipo de cultivo y fertilizantes utilizados, entre otros. En muchas ocasiones, estos datos
provienen de diferentes fuentes y la forma que existe para poder conocer cuáles corresponden al área de interés es
necesaria para ubicarlos geográficamente. La georreferencia es la ubicación concreta de un punto en un sistema de
coordenadas geográficas (ASALE, 2022), por lo que al tener la información georreferenciada se pueden visualizar en
un mapa y relacionar con otros datos, siempre y cuando estos también estén georreferenciados. La
georreferenciación de los datos permite a los agricultores ver cómo los factores ambientales (clima, suelo, relieve,
etc.) afectan a los cultivos en diferentes áreas. También ayuda a planificar y administrar mejor los recursos (agua,
fertilizantes, etc.), al poder identificar las áreas que requieren más atención y que los recursos necesarios para su
rendimiento sea mayor (Angulo Orobio, 2023). Los datos georreferenciados pueden ser utilizados como una fuente
valiosa de información para mejorar los procesos de toma de decisiones en la agricultura.
Algunas de las herramientas para ayudar a que las personas tomen mejores decisiones se conocen como
Sistemas de Soporte de Decisión (DSS, por sus siglas en inglés). El apoyo a una decisión significa auxiliar a las personas
para que reúnan conocimientos, generen alternativas y sugieran decisiones, basados fundamentalmente en IA y ML.
A nivel internacional, se pueden encontrar múltiples ejemplos de estos sistemas, algunos de ellos en las
investigaciones de Jacobs (2019); Charania y Li (2020); Trichkova y Paunova (2021); Malvar, Badam y Chandra (2022);
y Climate FieldView (2023).
En el contexto de Cuba, los procesos de digitalización de la sociedad se enfocan hacia la llamada
transformación digital (TD); sin embargo, en el sector de la agricultura esas transformaciones son mucho más lentas,
aunque se aprecian avances. Ejemplos de estos avances se pueden encontrar en los trabajos de Machado, González,
y Balmaseda (2014); Molina, Pereira y García (2015); Machado, Machado, Rodríguez y Balmaseda (2016); Franco,
Guerra, García y Pérez (2022); y Martínez, Molina, García y López (2022).
La Universidad Agraria de La Habana Fructuoso Rodríguez Pérez (UNAH) cuenta con la Unidad Docente
Productiva (UDP) «El Guayabal», la cual es una granja agrícola ubicada en el municipio de San José de Las Lajas, que
posee áreas de producción agropecuaria centradas fundamentalmente en mostrar la aplicación de la ciencia y la
tecnología en el campo agrario. En estas áreas se llevan a cabo investigaciones que contribuyen a la formación teórica
y práctica de estudiantes y al mejoramiento de la producción de alimentos. La UDP cuenta con un registro histórico
de las producciones obtenidas desde 2001 hasta la actualidad. Estos valores no están georreferenciados, por lo que
actualmente no se puede establecer relación alguna entre esos resultados productivos y las características del
entorno que pueden o no incidir sobre ellos y, por tanto, solo se puede llevar el registro de lo que ya se produjo sin